¿Os acordáis del sapo del que os hablé hace tiempo? Pues, aunque esto pasó hace mucho tiempo, el sapo ya no se encuentra entre nosotros.
Lo cierto es que fue ASESINADO.
Volvamos atrás en el tiempo, en un día como cualquier otro. Nuestro sapito habitaba en un terrario, dentro del laboratorio de biología de un instituto de Marchena. De vez en cuando, los alumnos le traían insectos para comer, y el profesor se encargaba de mantener limpio el terrario. El día anterior a su muerte, el profesor decidió meter una pastilla de cloro enterita, aun a pesar de las advertencias de los alumnos. Esta pastilla acabó provocando la asfixia y quemaduras de la mascota de la clase.
Al día siguiente, lo encontraron muerto, y el profesor lo cogió y lo tiró por la ventana. Fue un accidente, pero nuestro sapito permanecerá siempre en nuestro recuerdos...
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