Incrementa el abandono de animales en España

        Cada año se abandonan millones de animales de compañía en el mundo, y España es uno de los países, si no el primero, con mayor número de abandonos de la Comunidad Europea, con una cifra de alrededor de los 200.000.
Muchos mueren atropellados en nuestras calles y carreteras, ateridos de frío o deshidratados de calor; mueren de hambre o por enfermedades, sacrificados por gentes gubernamentales cumpliendo la Ley de turno, incluso a veces gaseados y sufriendo prolongadas ironías...

        Todo esto se podría solucionar si cada persona adoptara a una mascota y no lo hiciera sólo para tenerlo un tiempo, sino para comprometerse a cuidarlo hasta el fin.

Anillamiento de agapornis

        Aconsejamos a aquellas personas que tengan agapornis que los anillen. De ese modo, si alguna vez llegan a escaparse, pueden ser identificados gracias al número que lleven en la anilla. También sirve para conocer su edad, en el caso de que el dueño decidiera venderlo. Si bien es cierto que a veces los criadores pueden anillar a sus inseparables con anillas de otros años porque aún no existen anillas del año actual. Si ese fuera el caso, entonces podríamos dudar que el agapornis tuviera un año más o un año menos, pero no más.

        Si la intención es anillar sólo a algunos agapornis, basta con ir a la tienda de animales más cercana y pedir allí las anillas. Pero si lo que se pretende es dedicarse a la cría de agapornis, lo más aconsejable asociarse a una asociación como aviornis (www.aviornis.org) donde se le dará al dueño un número de criador y un número de serie.

Los agapornis de María

¡HOLA!
Os voy a presentar a mis agapornis, son dos y ¡muy graciosos!
En primer lugar tenemos a Lucas, o mejor dicho Luz, ya que cuando le puse el nombre no sabía que era hembra. Al principio era muy pero que muy cariñosa, pero desde que ha puesto huevos (¡y ya hay pollitos! ) sea ha vuelto un pelín agresiva, aunque ya esta progresando para ser la misma que al principio. Y también es muy nerviosa, cuando era pequeña no paraba de comer papilla, parecía que le estaba dando un ataque.

Lucas en el tejado de la granja.

Y aquí tenemos a Merlín, es el agapornis más curioso que he visto, se pone a mirar por las ventanas a ver quién hay. Su pasión es el agua, cuando estoy regando las plantas se mete debajo de la regadera para mojarse. Y cuando es de noche se acurruca junto a mí y se duerme.

Merlín jugando en su granja.